bumerangues comento com o jorge a vontade que me deu de ler a carta capital que está nas bancas. a capa também chamou a atenção dele: finalmente temos uma revista semanal de verdade. no ônibus, prefiro a rayuela: Felices los que vivían y dormían en la historia. Una abnegación se justificaba casi siempre como una actitud de raíz religiosa. Felices los que amaban al prójimo como a sí mismos. En todos los casos Oliveira rechazaba esa salida del yo, esa invasión magnánima del redil ajeno, bumerang ontológico destinado a enriquecer en última instancia al que lo soltaba, a darle más humanidad, más santidad. Siempre se es santo a costa de otro, etc. No tenía nada que objetar a esa acción en sí, pero la apartaba desconfiado de su conducta personal. [ cap 90 ]